Por reírse en la cara de los reprimidos.
Por representar heroínas en un mundo poco dado a lo heróico.
Por seguir pensando que una mujer es más que una dama de buenos modales.
Por gritarle a la vida la sensualidad más sexual.
Por romper tabúes.
Por hacernos únicas entre la multitud.
Por defender la líbido insaciable.
Por hacer público lo clandestino.
Por todo ello. Hoy con honores y sin precedentes: Milo Manara.
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