Escalofrío

Escalofrío….

Eso  es lo que he sentido hace media hora, un escalofrío (o ese “yu-yu” como se dice por aquí) que me ha recorrido todo el cuerpo.

Pocas veces he experimentado esa sensación, será porque pocas veces he tenido la oportunidad de comprender algo tan poco. Llámenme inculta si quieren, o poco tradicionalista, no lo sé, eso lo dejo al criterio de nuestros lectores.

Tras una tarde de charlas intensan me dispongo a llegar a casa y plantarme la bata de “guatiné” pa´ver la tele un rato. Y con congoja observo cómo hoy las calles sevillanas no ha podido disfrutar de su tan ansiada Semana Santa.

Más triste aún ha sido ver cómo la gente lloraba casi con agonía a las puertas del templo, cómo se lamentaban de un año de trabajo tirado a la basura.

Eso es exactamente lo que ha sido: un año de dinero despilfarrado. Siempre he dicho que si ese dinero la IGLESIA lo dedicara a alimentar a quien no tiene qué comer y a darle zapatos a los que van descalzos por la vida, ese dinero no sería un desperdicio. En fin, ese es otro asunto… no quiero desviarme del tema.

Sigamos con los lamentos, lloros y golpes en el pecho. ¿De verdad estos cristianos se sienten desdichados, hundidos y desgraciados?

Mientas estoy escribiendo me doy cuenta de que no estoy siendo objetiva. Quizás sí sientan eso que yo no siento y sí sea motivo por el que llorar. ¿Puede haber algo peor en el mundo?

 B.S.N